El sistema alimentario, además de tener la capacidad de dejar de contribuir al colapso, también puede contribuir a la mitigación del cambio climático.
En el siglo XXI se hacen más evidentes las crisis climática, energética o de recursos materiales. ¿Avanzamos de manera inexorable hacia lo que se ha definido como colapso civilizatorio?
Contra la sostenibilidad de Andreu Escrivà es un libro útil: una guía práctica con la que el lector puede enfrentarse a las técnicas de greenwashing que nos acosan a diario.
Según el autor, la posibilidad de dibujar un futuro mejor ha sido sustituida por la negación del porvenir, donde el tiempo que vendrá es ahora vertedero del presente, y allí solo hay desechos, miseria y sufrimiento. ¿Quién quiere ir?
El autor reflexiona sobre la evolución en la acción y percepción del cambio climático durante los últimos quince años.
El catedrático de Filología Catalana de la UJI y experto en retórica analiza el discurso de dos de los temas científicos del momento: el cambio climático y la pandemia de COVID-19.
Quizás el cambio climático no nos afectará de forma tan repentina, pero cuando pase esta epidemia sería un buen momento para revisar la estrategia de comunicación.
Mediante el uso de un flash externo situado por debajo de la hoja y aprovechando la textura de esta, retraté en su entorno a esta mantis.
Vivimos una crisis que llamamos antopoceno. Estudiamos sus efectos ecológicos, pero las causas son sociales: la destrucción de la biodiversidad y culturas es la herencia del colonianismo que sigue por otras vías o que protagonizan otros actores.
Las inversiones cromosómicas de poblaciones naturales de Drosophila subobscura son buenos indicadores del cambio climático y de cómo los organismos pueden adaptarse a este.