La emergencia sanitaria que ha provocado el coronavirus SARS-CoV-2 – y la enfermedad que provoca, el COVID-19– está generando multitud de informaciones, noticias, mensajes, programas de televisión… Ante esta cantidad de información, ya hay asociaciones que han proporcionado claves a los periodistas para combatir la desinformación o la mala praxis periodística, como por ejemplo la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) en un comunicado reciente. Cómo informar sobre el coronavirus y hacerlo de una forma rigurosa es uno de los retos a los cuales se enfrentan los medios estos días.
Desde Mètode, hemos consultado a dos periodistas y expertas en comunicación y dos científicos para que nos expongan su punto de vista sobre cómo están tratando los medios de comunicación la nueva pandemia. Detrás de estas miradas se encuentran Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universitat Pompeu Fabra; Margarita del Val, viróloga del Centro Superior de Investigaciones Científicas; Ángela Bernardo, periodista de CIVIO y miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), y Salvador Macip, médico, escritor e investigador de la Universidad de Leicester.
Los cuatro coinciden en varios puntos que los medios deberían de mejorar para informar sobre el coronavirus de una manera más consistente y clara que haga entender las claves básicas de la pandemia y las medidas que se toman al respeto. Ante una situación de incertidumbre como la actual, el periodista no puede saber más que un experto, por lo tanto tiene que ceder su voz a las personas especializadas. No es momento de comunicar información científica de manera sesgada o interpretativa. La situación de emergencia requiere información clara, rigurosa y lo más coordinada posible, apuntan los expertos.
Buscar las fuentes adecuadas
La variedad de fuentes es interesante para dar una visión poliédrica de un tema pero en el caso del coronavirus no se recomienda que sea así. No todo el mundo puede hablar del tema, así que los expertos recomiendan ser prudentes para evitar confundir al público y generarle más incertidumbre.
Sin embargo, esto no quiere decir que no se contraste la información. Al contrario, hay que hacer uso de especialistas de diferentes áreas. La especialización de las fuentes es vital para informar sobre el coronavirus de manera rigurosa. «Si tenemos dudas sobre epidemiología, tenemos que preguntar a un epidemiólogo, no a un neumólogo», explica Ángela Bernardo. Una regla que no se ha seguido en algunas tertulias televisivas de estas últimas semanas, donde ha habido expertos que hablaban de otras áreas de la salud que no eran las suyas. Según explica Bernardo, esto no genera problemas cuando se trata una cuestión general y muy estudiada, pero a la hora de hablar de un tema concreto y todavía desconocido como la crisis del coronavirus no es lo mejor. Para los expertos, que un profesional esté haciendo el papel de otro en un plató de televisión es motivo para desconfiar de aquello que está diciendo.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de hacer un buen trabajo de comunicación científica es el uso de fuentes oficiales e independientes. Según explican los científicos, seguir los comunicados oficiales del Ministerio de Sanidad, de la OMS o del Centro de Investigación Johns Hopkins es necesario pero debe de ir acompañado con información de fuentes independientes como los expertos de las diferentes ramas sanitarias y, en caso de que sea necesario, utilizar también fuentes documentales. Esta combinación ayuda a contrastar la información y a ofrecer perspectivas más aclaratorias de la crisis. Por otro lado, tal como dice el AECC, es interesante dejar referencias a artículos o a las mismas fuentes empleadas en la noticia para que el lector pueda dirigirse a ellas para ampliar la información.
Sin información clara uno no se puede acercar a la realidad que lo rodea. Para los expertos, comunicar sobre la crisis del coronavirus es arriesgado porque todavía no es un tema que se conozca en profundidad. Salvador Macip y Margarita del Val coinciden en que el periodismo se tiene que centrar en convencer a la gente y resolver las dudas que se plantea. «No hay que llenar los textos de datos, los medios tienen que ayudar a entender aquello que pasa a través de la divulgación», explica Del Val. Como dicen, es el momento de que hablen los expertos y hace falta que la ciudadanía confíe en ellos y siga sus indicaciones porque sin el apoyo de todo el mundo, contener la propagación del virus será más complicada todavía.
Comunicación en clave colectiva
Una de las cosas más importantes a tener en cuenta según Del Val es la necesidad de un cambio de chip hacia la «comunicación en clave colectiva». Según la viróloga, tenemos que tener una visión epidemiológica del asunto. En este sentido, el periodismo tiene que actuar como un reflejo de movimientos colectivos y de sus efectos, en vez de centrarse en casos particulares o datos exclusivamente cuantitativos. Según afirma, es momento de vigilarlo todo: de qué hablamos, con quién hablamos, cómo lo hacemos, qué mensaje transmitimos… hace falta que los profesionales de la comunicación revisen los textos antes de publicarlos, consulten datos, contrasten información y controlen el nivel de sensacionalismo que contiene lo que publican, incluso en las fotografías que acompañan a las noticias.
«Por eso se tendría que plantear si se mantienen en emisión programas que difunden información sensacionalista y poco rigurosa. Hace falta que la sociedad reflexione sobre el hecho de verlos si quiere mantenerse bien informada», cuenta Macip. El doctor explica que la audiencia suele filtrar la información y elige en función de sus criterios qué le interesa más, y a pesar de que los medios más sensacionalistas tienen elevados datos de audiencia, también hay una importante parte de la población que no se informa a través de éstos. Pero ni siquiera así escapa de las informaciones y noticias falsas porque le llegan a través de las redes sociales. Según comenta Gema Revuelta, no se puede prescindir de las redes, pero sí hacer un uso responsable. «Para combatir la desinformación, tenemos que recurrir a los fact-checkers como Maldita.es y difundir su tarea, no nos queda otro remedio», explica al mismo tiempo que invita a replantear todas las teorías de conspiración sobre el virus que han ido surgiendo estos días.
Equilibrio entre alarmismo y exceso de positivismo
No se tiene que ser alarmista pero tampoco excesivamente positivo, asegura en su comunicado el AECC. De momento no hay vacuna ni control de la pandemia, y este escenario se puede alargar más o menos tiempo. Ante esta situación, la toma de decisiones es trascendental en el curso de las cosas. Y para poder tomar decisiones racionales, hay que estar lo mejor informados posible.
Para los científicos, los medios tienen un papel muy importante en este momento como transmisor de información. La ciencia pide conocimiento y rigor para frenar la expansión del coronavirus. Como afirman los entrevistados, son momentos delicados donde lo único que nos sacará adelante es trabajar lo más coordinados posible desde todos los ámbitos de la sociedad.