2020: el año de la pandemia

Crónica de la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2

Foto mural pandèmia

El año 2020 que está a punto de finalizar ha estado marcado por la pandemia de coronavirus, una crisis sanitaria, social y económica, con muchas incógnitas aún por resolver. El 31 de diciembre de 2019 China informaba de la detección de diversos grupos de afectados con un tipo de neumonía provocada por lo que parecía ser un nuevo coronavirus.  Casi un año después, hay más de 79 millones de casos confirmados y el número de muertos en todo el mundo supera el millón y medio de personas, cifras que no paran de aumentar y que tan solo la perspectiva de las vacunas que apenas han empezado a administrarse permiten mostrar pequeña esperanza de control. El alcance de esta epidemia ha hecho rememorar la última gran pandemia que se recordaba, la de gripe española de 1918.

El 5 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud emitía un primer aviso sobre un brote epidémico de neumonía de origen desconocido en el país asiático. A partir de aquel momento, los hechos se desencadenaron rápidamente a través de los diversos brotes en los países en los que iba extendiéndose el nuevo coronavirus. El 11 de marzo la OMS declaraba que la COVID-19 pasaba a ser considerada una pandemia. Y días después, el 14 de marzo, en el contexto español se declaraba el estado de alarma que decretaba, entre otras medidas, el confinamiento de la población en sus casas.

Repasamos a través de algunos de los artículos publicados en Mètode sobre el coronavirus y que nos han ayudado a actualizar los conocimientos sobre la pandemia.

Entendiendo el nuevo coronavirus

El artículo muestra, a través de diversos mapas, la distribución geográfica de la COVID-19 y analiza los factores ambientales que han podido contribuir a su expansión.
A pesar de todos los logros alcanzados en tan corto plazo de tiempo, es necesario subrayar que la obtención de un fármaco capaz de inhibir alguna de las proteasas del SARS-CoV-2, o de cualquier otro agente patógeno, es un proceso largo y complejo que requiere de la participación de diferentes ramas de la ciencia.
Es necesario repensar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, de nuestras escalas de valores, de nuestras prácticas económicas y culturales, en fin, de nuestra coexistencia con el resto de la naturaleza y, especialmente, de nuestro respeto por los animales no humanos.

Conocer los genomas de los virus y sus filogenias al detalle genómico nos permite entender el origen del brote –¿ha sido una zoonosis desde los murciélagos o hay otros huéspedes implicados? ¿Dónde se localiza geográficamente esta transición fatal?– y medir el ritmo de cambio del virus.

Desde Mètode hemos querido contar también con el análisis de personas expertas tanto del ámbito nacional como internacional y que, desde sus disciplinas, han contribuido a una mejor comprensión de la pandemia y a reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra forma de vida.

Opinión COVID-19

Quienes nos dedicamos a la creación y difusión de conocimiento debemos hacer uso inteligente de su carácter contingente y provisional, para promover la idea de que lo que pueden parecer debilidades son, en realidad, los rasgos que permiten el progreso del conocimiento científico y su carácter disruptivo.

Cada periodo histórico ha tenido su verdugo epidémico, y casi siempre han sido los cambios ecológicos entre las comunidades humanas y el entorno los que han provocado cambios en la patogenicidad y en las enfermedades epidémicas.
El problema con la gestión de la COVID-19 en los Estados Unidos ha sido más político que sanitario. Cuando el presidente de un país dice que «no sabía» y pensaba que «la mayoría de la gente no sabía» que la gripe mata, ¿qué se puede esperar en su gestión de una pandemia?
Las primeras críticas a la retórica de la COVID-19 advierten sobre el uso de metáforas bélicas que pueden acercarnos a un sentimiento autoritario y nacionalista, evocando a la xenofobia y al racismo.
Además del aislamiento protector, el aumento de la capacidad sanitaria, una sociabilidad más segura y un estímulo económico orientado a la salud, tendremos que preparar nuestros corazones, nuestras manos y nuestras mentes para un esfuerzo para volver a hilar y reforzar nuestro complejo y vital tejido social.

En el caso de la pandemia de COVID-19, vuelven a estar presentes muchos factores que han marcado el recorrido de las enfermedades emergentes en los últimos cincuenta años. Un tiempo en el que el control y la prevención de todas estas patologías tendría que haber sido uno de los objetivos prioritarios de la acción sanitaria internacional.

La amenaza de las enfermedades infecciosas ha sido una constante en la historia de la humanidad. En los últimos treinta años, un 75 % de las emergentes tienen origen animal y un 17 % se transmiten por un vector.

La próxima vez podríamos enfrentarnos a un virus todavía más mortal que el SARS-CoV-2. Ahora es el momento perfecto para empezar a hacer trabajo, ahora que estamos concienciados del peligro que representa una pandemia.

Pero la crisis actual por el SARS-CoV-2 no es solo sanitaria, sino también económica, social, ambiental y comunicativa. En el caso de la comunicación, hemos visto cómo se ha incrementado el interés por los contenidos científicos a la vez que se ha generado un contexto de infodemia, caracterizado por un alud de desinformaciones y noticias inexactas o directamente falsas.

Información y desinformación en la COVID-19

La palabra ciencia nunca había estado tan presente en los medios de comunicación como durante la pandemia de COVID-19 y, si durante los próximos meses sigue siendo así, es muy probable que algo quede incluso cuando desaparezca el coronavirus.
Además del aislamiento protector, el aumento de la capacidad sanitaria, una sociabilidad más segura y un estímulo económico orientado a la salud, tendremos que preparar nuestros corazones, nuestras manos y nuestras mentes para un esfuerzo para volver a hilar y reforzar nuestro complejo y vital tejido social.
Gema Revuelta, Ángela Bernardo, Margarita del Val y Salvador Macip dan su opinión sobre la cobertura informativa de la pandemia.

Desde el primer momento se ha trabajado en varias vacunas que permitieron cierto control de una enfermedad para la que todavía no hay cura. En un esfuerzo sin precedentes que ha permitido disponer de una vacuna en pocos meses, el 27 de diciembre se ha iniciado la inoculación en España y en el resto de Europa. Los primeros grupos en recibir las dosis iniciales son las personas mayores de las residencias y los profesionales sanitarios. Se intenta proteger así a las poblaciones más vulnerables y que en mayor medida han sufrido la COVID-19. En España se estima que más del 70 % de la mortalidad relacionada con la COVID-19 ha afectado los mayores de 65 años. Las diversas campañas de vacunación no han hecho más que empezar por lo que será un tema recurrente en 2021. En Mètode también hemos intentado explicar los tipos de vacunas que se estaban ensayando a lo largo de estos meses.

Vacunas COVID-19

Analizamos el comunicado realizado por Pfizer así como la situación del desarrollo de vacunas contra la COVID-19 con varias voces expertas.
El desarrollo de vacunas comporta mucho tiempo, a menudo más de quince años. La pandemia de SARS-CoV-2 ha acelerado el proceso en un tiempo récord. Esta carrera, sin embargo, no ha he hecho más que comenzar. Son muchas las incógnitas que nos ofrece el futuro próximo.

Finalmente, hemos iniciado una serie especial COVID-19 dentro de Los porqués de Mètode, una sección abierta a la participación de los usuarios y en la que intentamos dar respuesta a las dudas que nos llegan con la colaboración de personas expertas en varios ámbitos.

Los porqués de Mètode: especial COVID-19

Anabel Forte, profesora de Estadística e Investigación Operativa de la Universitat de València, explica por qué es dificil hacer buenas predicciones de la pandemia.
Anabel Forte, profesora de Estadística e Investigación Operativa de la Universitat de València, analiza la discrepencia en los datos sobre la COVID-19 en España.
José Miguel Soriano, catedrático de Nutrición y Bromatología (UV), explica que no hay ningún suplemento para prevenir el coronavirus aunque se haya visto que algunos pacientes presentan un déficit de vitamina D.
Fernando González-Candelas, catedrático de Genètica de la Universitat de València e investigador del I2SysBio (UV-CSIC) y de FISABIO, considera que hemos rebajado las medidas de protección demasiado pronto.

Quedan muchas incógnitas, muchos porqués, todavía para resolver: cómo pueden afectar las diversas mutaciones del coronavirus a su expansión y a la efectividad de las vacunas, cuánto tiempo durará la inmunidad de las distintas vacunas, cómo mejorar los tratamientos de las personas con síntomas graves así como de las que presentan síntomas de COVID-19 persistente, entre otras cuestiones… Sin duda, en 2021 seguiremos hablando del coronavirus ampliamente pero ya tendremos cierta experiencia en la gestión de la pandemia. ¿Habremos aprendido la lección para controlar la situación con los menores riesgos posibles?

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